Hace poco más de un mes nos dejó quien para muchos fue el mejor jugador de la historia del fútbol. Decir eso no solo implica decir que fue el mejor jugador del deporte rey del mundo, sino que implica también decir que Diego fue el rey en el deporte más amado, jugado y practicado a lo ancho y largo del globo terrestre. ¿Pero quién fue Diego Armando Maradona realmente?
El adiós de D10s
Diego Armando Maradona nació hace 60 años en el sur de Buenos Aires, en la hoy famosa villa miseria de Fiorito. Maradona destacó de chico, como cientos de niños que prometen ser figuras de chicos y quedan por el camino, sin embargo Diego sí lo hizo, Diego sí cumplió, Diego sí fue leyenda.
Jugó toda su vida igual, llevaba su fútbol de arrabal a todos los campos donde pisó, en todas las ligas donde jugó y en todas las competiciones que lo tuvieran pisando el verde césped. Gambeta exquisita, pique corto, zurda de oro, liderazgo de héroe griego de antaño, así jugaba el 10.
Diego fue la mejor representación del fútbol amateur, y a su vez quien mejor representaba el fútbol profesional -al menos dentro del campo-, mezclaba en su forma de sentir y jugar lo más bajo de los potreros argentinos, con la más alta elegancia de sastre francés de las pasarelas parisinas.
Yo no se si Diego Maradona fue el mejor jugador de la historia, muchos dirán Pelé, otros tantos Messi y algunos otros Di Stéfano, sin embargo hay una cosa que no tengo dudas, Maradona fue el futbolista que mejor representaba en sus raíces lo que es el fútbol, la pasión futbolera y la magia de la gambeta, la parte más mimada del fútbol de siempre que se muere cada día más.
Maradona más allá del fútbol
No soy argentino, sin embargo puedo decir sin ningún temor a equivocarme que Maradona fue y es lo que al menos el 99% de los argentinos sueñan ser, el mejor futbolista del mundo, campeón mundial e ídolo.
Pero además de lo futbolístico, Diego representa el gen argentino en todo su ser. La vida en blanco y negro, el carisma, la pasión, la lucha, el sacrificio, el humor, y lamentablemente también lo negativo en cuanto a su persona.
Maradona con 10 años se plantaba en los micrófonos y hablaba con la soltura de a quien no le importa nada el que dirán. A los 20 levantaba la Copa Mundial juvenil siendo capitán llevando la responsabilidad en los hombros. En el 86 lidera con 25 añitos la selección campeona del mundo y se transforma en Dios para siempre, en el país en que el éxito dura un suspiro.
A los 30 enfrentaba a los italianos que silbaban el himno argento, y ya ahí mismo se le paraba de mano a la FIFA y todos sus séquitos cantándole las 40.
Maradona era amado por todos, y odiado por solo algunos, Maradona era tantas cosas a la vez que no nos daría la vida para enumerar todas sus caras.
Con sus luces más brillantes y sus más escalofriantes negros, el 10 se erige como uno de las personas más reconocidas, amadas e influyentes en el Siglo XX. Donde quiera que vayas, incluso me animaría a decir en la Luna y Marte saben quien fue Diego, con sus grises, con sus sombras, con su gloria…y con su pena.
¡Gracias Pelusa por el fútbol! La pelota te extraña, el fútbol es menos fútbol sin ti.
puedes decirlo sin ningún temor, “fue, y aún ES el mejor futbolista que ha habido y habrá”. Nadie nunca interpretó de forma tan artista el juego, le ubicaron en el fútbol más táctico y estático que ha existido, tanto en Italia como en su selección, con Bilardo, un obseso de la organización, y aún así el conseguía, no solo ubicarse, si no destacar como nunca antes lo hizo nadie.
Verle era mágico, era soñar, y también llorar.
El si que nunca caminará solo.
Coincidimos, como no puede ser de otra manera. Diego A. Maradona era el arte del fútbol.